Este 23 de julio, la ciudad de Bogotá enfrenta una parálisis significativa en su movilidad debido a las movilizaciones del gremio de taxistas que han bloqueado múltiples arterias viales clave. A pesar de los esfuerzos de la Secretaría de Movilidad y las autoridades distritales, la situación se ha vuelto un reto considerable para mantener el flujo vehicular y la normalidad en la capital.
Claudia Díaz, directora de Movilidad de Bogotá, destacó que la Secretaría ha desplegado a sus agentes de tránsito, en conjunto con la Policía de Tránsito y el grupo guía del distrito, para mitigar los efectos de estas protestas.
“Estamos con todo el equipo del distrito, incluyendo la Secretaría de Gobierno y la Secretaría de Seguridad, haciendo seguimiento y evaluación de esta movilización”, afirmó Díaz.
Los bloqueos se han extendido a varias zonas estratégicas de la ciudad, incluyendo la Autopista Norte, la Calle 80, la Autopista Sur y la Calle 13. Este plan tortuga ha generado un impacto considerable en el Sistema Integrado.
Ante la escalada de la protesta, las autoridades han reiterado su compromiso de no permitir bloqueos que comprometan la movilidad y seguridad de la ciudadanía. “Nuestro principal objetivo es controlar la situación para que nadie salga afectado”, subrayó Díaz. Las medidas incluyen la coordinación con la Secretaría de Seguridad para evitar bloqueos en las troncales de buses exclusivos.
Dentro de las exigencias del gremio está la prohibición del uso de aplicaciones para contratar mototaxis. “Este es un tema que debe ser regulado a nivel nacional y estamos a la espera de cómo evoluciona la regulación de estas plataformas”, señaló Díaz.
La situación en Bogotá refleja un desafío continuo para las autoridades en equilibrar el derecho a la protesta con la necesidad de mantener el orden y la movilidad en la ciudad. Las medidas implementadas y el seguimiento constante serán cruciales para resolver esta crisis sin mayores afectaciones para la ciudadanía.